martes, 26 de abril de 2011

Vuelve a esta vida

Ella es un pedazo de tierra perdida en medio de lo extraordinario donde el sol nace y muere sin saber cual de los dos precede.
Siempre se alegrará  al verte llegar mostrándote una perfecta sonrisa de nácar en medio de su piel morena. Empiezas a conocerla y sientes como su espuma recorre los dedos de tus pies antes de sentir que está congelada.
La poesía se comprende, palabras, perfección que invaden la mente, cuando la luz ralla el final del océano y el viento ondea una bandera de pelo dorado sobre un mástil desnudo que simboliza  belleza y  felicidad. Adónde Siempre la risa rebosa en tus labios y llena tu cuerpo como si se tratara de lo más suculento  que existente en el mundo.
Frío que recorre tu garganta, un aura verde que atraviesa tu nariz llevando un soplo a tu cabeza, dando vueltas hacia el olvido y lo eterno.
Podrás estudiarla desde cualquier punto del mundo, puede gritarse y escucharse, puede narrarse en historias, trasladarse en imágenes y llevarla al otro lado, pero no existen voces que llenen los ojos, que abran el corazón y que transporten tu espíritu hacia su refugio.

Te hará abrir los ojos de verdad, coger la arena en tus manos, sentir como tu cuerpo se eleva lentamente con una calada y vuelve al suelo con una bocanada de aire fresco que se mezcla con ilusión, amor, romance, rayos de sol y sal.
Allí donde no es tu vida la que dicta al tiempo, si no  al revés, y las manecillas de un reloj dan saltos sin saber donde están o estarán.
Allí dónde lo desconocido se torna en amigo y lo amigo es un hermano, dónde el amor se cuenta en momentos y besos efímeros, dónde no importa cuál sea tu nombre, cuál es tu origen y tu camino…por que ella te acoge en sus brazos y te alimenta con su cuerpo siempre que desees encontrarla.

  Llorará desconsolada al igual que tú, cuándo marches, cuándo tengas que cruzar ese canal de lágrimas que la separa de lo real, por que tanto tu como ella os habréis enamorado y ansiarás volver a sentirla antes de haberte marchado, cada vez que pase fugazmente por tus pensamientos, cuando sueñes con la libertad.
La extrañarás cuando tu existencia se haya tornado en gris oscuro y escucharás un suave murmullo, como el romper de las olas en la noche, que te susurrará:
Vuelve a esta vida…Vuelve a esTavira, vuelve. 


Ilha de Tavira

lunes, 11 de abril de 2011

Carreteras de Hielo

Despertar del miedo, levantarse sin una mentira, abrir los ojos sin engaño, sin creer que los sentimientos son un espejismo, pudiendo seguir parados y no  encontrarnos con ellos.
Creemos ser hombres de hojalata, que mueven los ojos de un lado para otro, viendo la gente caminar y brillar u oscurecerse con la luz o las sombras que otros les brindan.
Creemos vivir ajenos a ellos, pudiendo evitar la multitud y no tener que dar ningún  paso más, hacia delante o hacia detrás.

Hasta que el tiempo vuelve a caer por debajo de los cero grados…

Un momento comienza a congelarse. Todos los sentidos se agudizan hasta el punto de fundirse y llegar a convertirse en uno solo.
Dejas que tu mente se quede en blanco y no importe nada más, Dejas a las palabras bailar al son de su propia música  y a tus ojos, cerrarse o abrirse solo cuando quieran realmente ver.
No notas lo que te rodea pero flotas entre todas las sensaciones existentes que te asaltan  a la vez…Siendo tus oídos los que recogen susurros suaves como un soplido que retumban en tu mente con un eco infinito…Siendo la piel de tus manos la que siente como se dibujan trazos marcados a fuego por otros dedos que componen las únicas líneas de una vida.

El hielo trepa lentamente entre dos raíces, paralizando el tiempo y deteniendo el ritmo de la existencia transformándolas en  cuerpos sin oxígeno, que no viven de otra cosa que no sea la idea de permanecer.
Aunque pareciese eterno, y nada más existía, todas las manecillas se detuvieron por un instante y de repente, un hilo de seda se quebró y solo el recuerdo queda en la permanencia  apareciendo cuando una mirada se vuelve oscura…

Abriendo los ojos, la gente vuelve a pasar, mientras ves tu rostro en un vaso vacío y comprendes que nada es igual, y no se podrá comparar al momento que te trajo existir, a ese instante congelado en tu corazón que te deja ver todos los sentidos…descansar sobre ese aroma…y sentir de nuevo esos trazos en tu mano que enredaron dos caminos paralelos.
Te invade un miedo incontrolable cuando vuelves a pensar en que ese viento congelado te volverá a dar calor, y te golpeará contra el suelo, haciendo que tu pecho se oprima y te haga creer que no podrás volver a respirar.
Te devolverá a la realidad del ser humano, obligándote a continuar, a dar un paso más, a dejar de observar para volver a caminar…aunque sea descalzo, por una carretera cubierta de hielo.

Un momento congelado...