No me encuentro en mi mismo, ni dormido ni despierto
Las espinas en mi pecho, las memorias de otro tiempo
Se me vienen de repente, sin dejarme caminar.
Me recorren las entrañas, me apuñalan sin razón
Muy despacio hacia mi mano, sangre negra de color.
Grítalo frente a mis ojos, aún brotando hasta en añil
Lágrimas que irán abriendo
De un camino una centella, resplandeciente sin fin.
Si mi norte se va hundiendo en un mar de sentimientos
Recorreré mis recuerdos, lo que quede de ellos
En gris oscuro casi negro, los colores que ocuparon
Cada cacho de mi ser.
Todo es plomo en mis zapatos, Si me acerco muy despacio
Los colores de mi pluma, son la fuente que evidencia
Todo lo que no seré
Y alimento las razones, de una vida desterrada
Con la música de antes, con la de después
Con la que siempre me sigue
Por delante de mis pies.
3 comentarios:
jo....impresionante compañero Carlos.....
Simplemente, perfecto!!
El Góngora de Rivas, muy bueno
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